EL MURO DE BERLÍN: La vida a un lado y a otro del gran muro.



EL MURO DE BERLÍN: La vida a un lado y a otro del gran muro.

El muro de Berlín es el símbolo material más representativo de la Guerra Fría. Entender Berlín implica necesariamente entender la Guerra Fría, sus causas y consecuencias. La Guerra Fría dividió Berlín en dos grandes bloques que, aún hoy día, no han desaparecido del todo.

Las condiciones del tratado de Versalles tras la Primera Guerra Mundial llevaron a Alemania a una profunda crisis política y económica que sirvió de precedente para la etapa más oscura de su historia, el tercer Reich.



Con la victoria en la primera guerra mundial por parte del bando de los aliados, se acuerda en la conferencia de Potsdam, entre el 17 de julio y el 2 de agosto de 1945, el reparto del territorio alemán, para así someterlo a una desmilitarización, democratización y desnazificación. De esta manera, para septiembre de 1945, el territorio se había dividido en cuatro zonas, una para Inglaterra, otra para Estados Unidos, la URSS y Francia. Asimismo, el territorio quedó dividido en dos grandes bloques políticos: el capitalismo en el oeste y el comunismo en el este. Aquí fue cuando la Guerra Fría comenzó a formarse, pues confrontaba dos ideologías y ejes económico-culturales.

Como respuesta a la creación en 1948 del Deutsche Mark en el territorio capitalista, Stalin decidió aislar Berlín occidental para poder someterlo a su control. Pero este bloqueo fue resuelto por los aliados creando un puente aéreo con aviones que suministraban alimentos, medicinas...

Stalin mandó retirar el bloqueo en mayo de 1949, llevando al siguiente paso en la separación de ambos bloques: la proclamación el día 23 de mayo, y bajo la influencia del capitalismo, de la República Federal alemana (RFA), con capital en Bonn.  Las autoridades de la zona oriental respondieron el 7 de octubre del mismo año, proclamando bajo la influencia del comunismo la República democrática alemana (RDA), con capital en Berlín oriental.

La creación de ambos estados fue la gota que colmó el vaso, iniciándose la Guerra Fría.

Esta separación  se pronunció aún más en 1952, cuando desde Moscú se decidió cerrar la frontera entre el capitalismo y el comunismo con el telón de acero. A lo largo de 1500 km de longitud entre el mar Báltico y el Adriático, una frontera de campos minados, alambradas electrificadas, soldados y torres de vigilancia no permitía el cruce de la RDA a la RFA, ni tampoco de Hungría a Austria.

En gran medida, la construcción de esta frontera se debió a las numerosas huidas que se habían producido de ciudadanos de la Europa del Este a la zona Occidental. Sin embargo, quedaba Berlín como ciudad de libre circulación y de fronteras abiertas, lo cual permitía acceder desde los barrios del Este a los del Oeste con plena libertad.

La construcción del muro de Berlín se llevó a cabo sin previo aviso la madrugada del 12 al 13 de agosto de 1961, muro que dividiría Berlín en dos, dejando también divididas a miles de familias y amigos, que vieron cómo sus vidas daban un drástico cambio.



A pesar de las abiertas manifestaciones en contra por parte de Berlín Occidental, del descontento general, las críticas y la pésima imagen que el bloque comunista estaba proyectando sobre sus políticas, el muro se mantuvo en pie casi tres décadas, imposibilitando a las potencias occidentales intervenir con un levantamiento militar, puesto que el muro de Berlín había sido construido en territorio comunista.

Siendo Berlín Occidental la ciudad que había quedado cercada para evitar la entrada de los ciudadanos del Este, hubo que llevar a cabo una serie de negociaciones para no dejar la ciudad aislada y permitir la comunicación con la RFA. Se habilitaron así carreteras que comunicaban con ciudades como Hamburgo, Hannover, Frankfurt y Múnich y una serie de pasos fronterizos con diferentes fines.

En esos 28 años en los que el muro estuvo en activo, cientos de personas murieron intentando cruzar a la zona occidental, miles de familias se vieron separadas, hubo cientos de detenidos y miles de guardias fronterizos velaron porque nadie pasara al otro lado.
Para entender el muro, ha de tenerse en cuenta que no era sólo una infraestructura física de barreras, sino un sistema de espionaje y control que le aseguró el poder al SED -Partido Socialista Unificado-, organismo político que estuvo en el poder los cuarenta años que duró la RDA.

No se puede hablar del mundo sin mencionar los numerosos intentos de los ciudadanos por cruzar de zona, algunos intentos fallidos, otros con un final feliz. Debido a la cantidad de espías y al estricto control era muy complicado encontrar a gente de confianza para planificar algún intento de huida.

A través de la construcción de túneles, empleando pasaportes de ciudadanos holandeses, en el motor o el hueco de la gasolina de los coches, nadando por los canales, saltando desde la ventana de edificios o utilizando las cloacas de la ciudad, hubo entre 1961 y 1989 más de 100.000 ciudadanos de la RDA que intentaron huir.

En este intento, más de 600 personas fueron abatidas a tiros por soldados fronterizos de la RDA o murieron ahogados, en accidentes o se suicidaron al ser descubiertos. Además, algunas decenas de ciudadanos que no tenían intención de huir fueron tiroteadas al estar próximas a la frontera. Son numerosas además las personas que murieron de tristeza y desesperación por los efectos que el muro tuvo en su vida.

Una de las imágenes más conocidas es la de la huida del soldado fronterizo Conrad Schumann el 15 de agosto de 1961.



La caída del Muro de Berlín fue el primer paso hacia la unificación de las dos alemanias, que tuvo lugar el 3 de octubre de 1990. Posteriormente, el 20 de junio de 1991 Berlín se convertiría oficialmente en la nueva capital de la Alemania unificada.



Original aquí



Actualmente los restos del muro, de la represión y de la Guerra Fría son una de las mayores atracciones turísticas de Alemania.


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